miércoles

El González Martí lleva desde 2002 a la espera de que el Gobierno desbloquee su ampliación

Buenas tardes bloggeros,

otro claro ejemplo de la  falta de inversión del Ministerio de Cultura hacía un museo ubicado en tierras valencianas pero de propiedad y gestión estatal. En este caso el afectado es el Museo González Martí, no sabemos si por la crisis (se ha convertido en un buen comodín para tirar balones fuera) o por la incapacidad reiterada de los políticos para gestionar el patrimonio que tienen entre manos. Los que lo conocemos y normalmente nos dejamos caer por sus salas para disfrutar de su espléndida colección de cerámica, muebles, pinturas, etc. llevamos mucho tiempo esperando la tan deseada ampliación para así reorganizar y redistribuir la abigarrada colección expuesta además de obtener más espacio para almenos una parte de los inmensos fondos del museo que permanecen escondidos a los ojos de los visitantes. Sabemos que es completamente imposible tener expuesta la totalidad de la colección del González Martí, para ello deberíamos disponer de un museo de dimensiones astronómicas. Aún así sería de agradecer continuar con el proyecto de la compra del edificio adyacente e inicio de las obras.

Leyendo lo que publica las Provincias esperamos que no se convierta en otro foco de riña entre gobiernos locales y centrales. Las excusas de mal pagador las acaba pagando el de siempre.

Un saludo.
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El Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí está ubicado en la 'Milla de Oro' comercial de Valencia. Una paradoja. Si un espacio cultural valenciano ha recibido poco oro en la última década, ese ha sido el recinto ubicado en el Palacio del Marqués de Dos Aguas. La Consellería de Cultura dejó de pedir hace años al Gobierno central que le transfiriera las competencias del museo. El Ayuntamiento de Valencia apenas señaliza la presencia de este monumental edificio. Y el Ministerio de Cultura, su propietario, responsable de su gestión y de su cuidado, hace años, muchos años, que no mueve ficha ni muestra la diligencia pertinente para acometer una ampliación tan necesaria como improbable a corto y medio plazo.

El II Plan de Inversiones Culturales de Cabecera 2002- 2005, presentado por la entonces ministra de Cultura, Pilar del Castillo, incluía al González Martí entre los elegidos para invertir. Desde entonces, esa posibilidad se ha contemplado sobre el papel pero nunca se ha traducido en euros contantes y sonantes. Por el museo pasan más de 100.000 personas cada año, visitantes que disfrutan de una cantidad mínima del potencial de un recinto pendiente de ser ampliado desde hace una década.

Ya durante los años 90 se produjo el curioso hecho de que la primera fase de rehabilitación y ampliación del Museo de la Cerámica, en vez de durar el par de años proyectados en un principio, se prolongó durante nueve largos años. El González Martí permaneció en obras desde enero de 1990 hasta finales de 1998. María Paz Soler, entonces directora del museo, señaló en 1995 que la causa de tantos parones residía en el desvío de fondos. «El dinero se empleó en el Centro Nacional Reina Sofía y en los grandes fastos del 92», declaró Soler.

Si aquella primera fase se dilató nueve años, la segunda ni siquiera ha empezado, a pesar de las iniciales consignaciones presupuestarias. Este periódico ha consultado al Ministerio de Cultura sobre la situación de las obras de ampliación sin obtener respuesta, un silencio que ya se ha convertido en moneda corriente en todo lo relacionado con el González Martí.

El director del museo cerámico, Jaume Coll, admite que «no hay detalles concretos». Ni concretos ni abstractos. Fuentes del PSPV aseguran que el museo estatal está a expensas de que el Ayuntamiento de Valencia autorice un plan especial de ampliación esbozado entre 2005 y 2007. Sin embargo, antes de que se pudiese pedir los permisos municipales, el Ejecutivo central debería hacer acopio del capital necesario para comprar el edificio anexo al museo, el inmueble elegido para acometer la ampliación. Esa compra no se ha producido y es más que seguro que no se llevará a cabo con los pírricos 20.000 euros asignados en 2011 por parte del Ministerio al museo valenciano. Con tal cantidad apenas se alcanza para poner contenedores de obra y vallar el González Martí de cara a una improbable ampliación.

La obra consistiría en pasar de los 900 metros cuadrados actuales a unos 2.500 metros totales. Ayer, los visitantes (muchos extranjeros, italianos, ingleses y franceses) recorrían las salas del museo atiborradas de objetos, sin tener la menor idea de la cantidad de la enorme cantidad de material a la espera de un espacio digno para ser exhibido.

Dos años sin noticias

Las últimas declaraciones públicas de responsables del Ministerio de Cultura en relación al museo valenciano datan de hace más de dos años.

«No puedo dar fecha pero sí que puedo decir que hay camino abierto», admitió en verano de 2008 la subdirectora general adjunta de Museos Estatales del Ministerio, María Victoria Sánchez. En noviembre de 2008, durante la última visita a Valencia realizada por un ministro de Cultura con el fin de asistir a un evento cultural, el ya cesado César Antonio Molina aseguró que su departamento «no se olvida» de la Comunitat e incluso consideró como una cuenta pendiente la ampliación del González Martí. La asignatura sigue a la espera de que se apruebe y aquel camino abierto precisa de que alguien lo quiera transitar.

Fuente: Las Provincias

lunes

Fotografías de la Almoina

Buenas tardes bloggeros,

aquí os dejo una fotografía de la Almoina. Al final solo es una, ya que por la falta de luz, y al hacerlas deprisa y a escondidas con la cámara del móvil, las otras dos me han salido más bien oscuras y no se aprecian los detalles. Aun así, en esta, se vislumbra claramente el daño que se le esta ocasionando a este patrimonio por falta de medios, profesionalidad y sobre todo ganas e interés por hacer las cosas bien.

Un saludo.

Fotografías: César (15/01/11)

domingo

El museo de la vergüenza... o la Almoina

Buenas tardes bloggeros,

que lejos quedan aquellos gloriosos días en los que el recién inaugurado museo de la Almoina lucía orgulloso sus limpios y relucientes cristales que permitían no solo ver los restos arqueológicos, sino también el reflejo del cielo mediterráneo en perfecta fusión con las siluetas de la Catedral y de la Basílica.

Más lejos aún cuando, en el año 2009, fue el 2º mejor museo europeo con sus novísimas y perfectas instalaciones... pero ahora, la historia a cambiado.

El sábado, visitando el museo con mi pareja y con una amiga que venía desde Suiza para disfrutar de la ciudad, pudimos ver el deterioro, no solo exterior (el agua sigue igual o más sucia), sino del interior. Ya no se trata solo de los audiovisuales que no funcionan o si lo hacen es a ráfagas. Ahora la instalación tiene goteras en sitios donde antes no las había (las de al lado del Ninfeo llevan almenos 3 años y no se han solucionado todavía). Hablo de auténticas estalactitas en el techo que a este paso ya están formando estalagmitas en el suelo. Lo más doloroso de este asunto es que se están produciendo justo encima del Decumanus Maximus (la calzada que cruzaba Valencia de Este a Oeste en época romana), muy cerca de su cruce con el Cardus Maximus (eje Norte-Sur). La calcita y minerales que se van depositando poco a poco dañarán de forma irreversible a esta losa que forma parte del Decumanus. Sorprendido ante el hallazgo fue inmediatamente a comunicarlo. Mientras tanto mi cabeza iba preguntándose como era posible que no se hubieran percatado (una vez más, ¡imposible!).
Llegué al mostrador y ¿sabéis cual fue la respuesta de la funcionaria que estaba al cargo esa tarde?: Ya lo sabemos, estamos al tanto. Tiene que venir el ingeniero. Esta semana vendrá. La gotera lleva pocos días...

La cara de la pobre chica intentando explicarme (o convencerme) el asunto era un poema ante mi cara de incredulidad (tendría que haberlo grabado en vídeo) frunciendo el ceño cada vez más conforme escuchaba las distintas respuestas.

Después de todo esto siempre me pregunto (¿por qué me extraño a estas alturas):

1. ¿Se piensan que a estas alturas nos chupamos el dedo? - Por lo visto sí. Están convencidos de que somos tontos.
2. ¿Alguien se puede creer que por el avanzado estado de semejante gotera lleva solo unos días? - Evidentemente sí. Sobretodo la funcionaria y el técnico o ingeniero/s que nunca llega/n (ni creo que lleguen).
3. ¿Se necesita un ingeniero para solucionar una gotera? - Más todavía. Se necesita a un grupo entero de expertos en la materia y si vienen de fueran (de Alemania por ejemplo) mejor.
4. ¿No son capaces de colocar un simple cubo de plástico para impedir que la piedra reciba estas filtraciones? - No, es una idea costosa, compleja y cara. Esta descartada.
5. El técnico de patrimonio responsable de este y otros museos, ¿dónde está? - En el despacho rellenando hojas y hojas de ardua burocracia. Es más, ¿conoce la existencia de este museo entre tantos montones de papeles?

Disculpad mi sarcasmo en esta ocasión pero no me neguéis que no es de Tebeo (de Mortadelo y Filemón por lo menos). Necesitaba desahogarme con un poco de humor, aunque la situación no lo tenga (es más bien para llorar).

Mañana colgaré las fotos que hice a "escondidas" del daño que está sufriendo esta parte del museo. Digo a escondidas, porque no se permiten hacer fotos en las instalaciones ni tan siquiera sin flash (órdenes del técnico). ¿Tendrán algo que ocultar y por ello no quieren pruebas gráficas?

Un saludo.

Que tiempo tan feliz...2006 (Fotos: César)