miércoles

La gloria del Barroco y el brillo del aluminio

Buenos días blogger@s,

cada día nos despertamos con una noticia más sorprendente y surrealista en cuestión de patrimonio cultural. No sabemos ya si llorar o optar por la ironía y la vis cómica. Mejor será que vayamos por esta senda para describir una historia que se repite con demasiada frecuencia en nuestra ciudad.

Hallazgo sorprendente en el Monasterio de la Roqueta

Los arqueólogos municipales han encontrado un rollo de papel de aluminio, del de toda la vida, como el que usábamos para envolver los bocadillos de mortadela y chopped, en el Monasterio de la Roqueta. 

Ante la importancia de tal hallazgo, datado seguramente en época del Rey Visigodo Chindasvinto, los arquitectos se reunieron urgentemente para estudiar posibles cambios en la fachada del edificio, ya que recientes estudios de la Universidad Internacional de Sebastopol han arrojado luz sobre la gloria del Barroco y el brillo del aluminio en la Valencia de los siglos XVII y XVIII. 

Prestigiosos historiadores han encontrado pruebas irrefutables de que, durante ese periodo, muchos de los edificios de la ciudad llenaron las ventanas y balcones de sus casas y palacios de aluminio. De hecho, algunas iglesias usaron marcos de este noble material para enmarcar sus obras de arte. Algunos párrocos afirman que "Con un buen marco de aluminio las imágenes de los martirios quedan más realistas y creíbles".

De la misma forma, se piensa que durante ese periodo edificios góticos de la ciudad como las Torres de Serranos, el Palau de la Generalitat o La Lonja de los Mercaderes usaron el aluminio para recubrir gárgolas, arcos, bóvedas, nervios e interiores. 

En el caso de la Lonja se sabe a ciencia cierta que se llegaron a cubrir las columnas helicoidales de la sala de contratación, pero no tuvo mucho éxito. Un documento fechado en 1645 recoge la queja de un comerciante que tuvo que comprarse unas gafas de sol ante el reflejo de las mismas y que lo deslumbraba continuamente. "No podía trabajar con tanto brillo en el interior. A veces no veía nada y aprovechaban para robarme la mercancía" relata en su queja ante el Consell Municipal.

Sea como fuere, tanto brillo por las calles de la ciudad provocaban accidentes entre los carros de mercancías e incluso, los barcos que llegaban al puerto de Valencia se confundían y se iban directos a las Torres de Serranos por el Turia pensando que aquello era el faro. Evidentemente y dado su gran calado, encallaban irremediablemente provocando las airadas quejas de los marineros que, por otro lado, se alegraban de que almenos, los dejaran tan próximos al burdel.

Por suerte, los iluminados que rehabilitan nuestro patrimonio, van a recuperar el uso intensivo de este material para los edificios históricos. El primero de la lista será el Monasterio situado en la calle San Vicente. Pero de buen seguro que habrá muchos más.

Por ello, el gobierno ya ha informado a la UÑESCO, quien ya ve con buenos ojos que la Lonja vuelva a tener ventanas e interiores forrados con papel de aluminio, tal y como ha declarado el máximo responsable de la autoridad, el Barón Von Botijen.

Esperemos que las obras de la Roqueta terminen pronto para disfrutar de este alarde alumínico. Seguro que no dejará indiferente a nadie.

Un saludo...

Objeto histórico encontrado en el Monasterio de la Roqueta